El senderismo, especialidad
del montañismo, (también llamada hiking), es una actividad deportiva no competitiva que
se realiza sobre caminos balizados y homologados por el organismo competente en
cada país.
Busca acercar a las personas al medio natural y al
conocimiento de la zona a través del patrimonio y los elementos etnográficos y
culturales tradicionales , utilizando preferentemente el sistema tradicional de
vías de comunicación, tales como cañadas reales, caminos vecinales y senderos.,esta
actividad constituye una simbiosis entre deporte, cultura y medio ambiente.
El excursionismo (o trekking) puede definirse como la
modalidad deportiva que consiste en recorrer de forma autónoma, generalmente a
pie, parajes aislados generalmente con dificultad de tránsito, tales como zonas
montañosas o lugares remotos sin senderos. Trek es un anglicismo
originado en Sudáfrica y se utiliza para describir la realización de un viaje
más largo y complicado. Es una palabra que comenzó a usarse en los años ochenta
por los alpinistas que viajaban al Himalaya o a los Andes para definir las
largas marchas de aproximación a la base de las montañas a las que pensaban ascender.
El excursionismo sería la
disciplina más cercana y precursora del senderismo, aunque a diferencia de
éste, discurre por senderos no balizados y por tanto, no cuenta con las
garantías de seguridad y calidad que proporcionan los senderos homologados. Suele
desarrollarse durante un mismo día.
ENLACES EXTERNOS
Federación madrileña de montañismo
- Web de Senderismo y Montaña deTrotamontes
- Web de Excursiones y Senderismo
- Web de Andarines
- Web de Rutas Serranas
- Web de Rincón Senderismo
- Web de Sendas de Madrid
- Web de Wikiloc
- Web de Wikirutas
- Web de Rutas de Senderismo
- Web de Celaontinyent
- Blog de Amigos de los Caminos
- Blog de La Pedriza: un laberinto
- Blog de Riscos de la Pedriza
- Blog de Pasión por Madrid
- Web del Instituto Geográfico Nacional
- El tiempo en la montaña
TODO LO QUE UNO DEBE SABER PARA DISFRUTAR DE LA MONTAÑA EN INVIERNO
Los diez mandamientos del montañero invernal
Textos de José Eladio Sánchez
La montaña en invierno ejerce una atracción irresistible. Será la nieve que modifica hasta los paisajes más familiares; o será ese halo de aventura que rodea a las montañas blanqueadas. Pero ojo, detrás de ese aspecto virginal se esconden mil y un peligros. El invierno multiplica los riesgos objetivos que tiene la montaña en verano. Las horas de luz son escasas, los cambios de tiempo son más peligrosos, las temperaturas son mucho más bajas, el hielo hace su aparición y el medio se muestra más severo en general.
Nada desorienta más que la niebla en un paisaje nevado (Darío Rodríguez)
La montaña se muestra muy rigurosa en invierno y no permite demasiados fallos. No es cuestión de dejar de salir a divertirnos por ello, sino de planificar más y mejor. Todo lo que uno debe saber para neutralizar o al menos minimizar el peligro en invierno ocupa muchos capítulos del temario de los cursos en los que se preparan los futuros profesionales de la montaña, y es por lo tanto imposible resumirlo aquí, pero sí podemos concentrarlo en una decena de “píldoras” que debemos seguir como si fueran los mandamientos divinos, aunque no seamos creyentes.
1. Prevé el tiempo que va a hacer
Siempre es importante conocer la predicción meteorológica cuando se sale a la montaña, pero en invierno es imprescindible. Si en verano te sorprende una tormenta lo normal es que termines hecho una sopa y pasar un mal rato (aunque todos conocemos casos de hipotermia veraniega). Pero en invierno un cambio brusco puede resultar dramático. Hace años había que jugársela pero ahora, con las previsiones meteorológicas que ofrecen las televisiones y una docena de páginas web, oficiales y extraoficiales, salir sin consultar el tiempo es, como mínimo, de tontos. Entre las páginas que merecen credibilidad figuran:
- www.aemet.es. Página oficial de la Agencia Estatal de Meteorología. Tienen información específica de montaña y boletines nivológicos.
- www.meteofrance.fr. Página oficial de la Agencia Francesa de Meteorología. Imprescindible si planeamos ir a la vertiente francesa de Los Pirineos.
- www.meteo.cat. Página de la Generalitat Catalana. Muy práctica para consultar la predicción meteorológica e información de riesgo de aludes en el Pirineo Oriental.
- www.snow-forecast.com. Esta web ofrece la previsión meteorológica de todas las estaciones de esquí del mundo a una semana vista y a diferentes altitudes.
2. La nieve es bonita pero peligrosa
La nieve es un elemento en constante transformación que pasa por fases de mayor o menor estabilidad, y esto afecta a nuestra seguridad, incluso en montañas de baja altitud. La primera medida de seguridad es consultar los boletines de aludes. Estos boletines utilizan la escala europea de riesgo de aludes que tiene cinco niveles. Con nivel 3 o mayor de 3 en la zona a la que tenemos previsto ir, es mejor buscar otro objetivo. La segunda medida de seguridad es equiparse con el APS. ¿Es un traje especial? ¿Es un smart phone último grito con app para prevenir los aludes? No, APS es el acrónico formado por ARVA (aparato electrónico que emite y recibe en una frecuencia determinada), pala y sonda. Hay que meterse a fondo en la cabeza este concepto: si nos atrapa una avalancha lo mejor que nos puede pasar es que seamos desenterrados rápidamente por nuestros compañeros. Y esto es sólo posible si todos (repito: ¡todos!) los miembros del grupo van provistos del paquete APS o al menos con ARVA y pala. El tiempo que transcurre desde que una persona queda atrapada hasta que sale a luz es fundamental: en los primeros 15 minutos sobrevive el 90 por ciento, pero a partir de ese plazo las probabilidades se reducen geométricamente.
3. Vístete como corresponde
Parece una perogrullada decir que hay que vestirse “correctamente” para enfrentarse al frío, pero es que sigue siendo habitual ver en montaña a personas mal vestidas que se exponen a una hipotermia o, como mínimo, a un resfriado. El sistema de capas es universalmente aceptado: ropa interior sintética o mixta, nunca de algodón (últimamente ese están confeccionando camisetas que combinan poliéster y lana con muy buenas prestaciones); forro polar o jersey similar, pantalones y conjunto de chaqueta y pantalón impermeable-transpirable. Últimamente se ha incorporado a esta fórmula una cuarta capa: chaquetas con relleno de pluma o de fibra muy ligeras y de poco volumen que se utilizan durante las paradas o en marcha, si el frío es muy intenso. Hay además cuatro “pequeñas” prendas que nunca debemos olvidar: gorro y braga (por la cabeza y cuello podemos llegar a perder hasta un 40 por cierto del calor corporal debido al efecto chimenea); guantes (dos pares de diferente grosor) y polainas (no son pocos los casos de congelaciones en los pies porque la nieve se ha colado por la caña de las botas). Y hablando de botas, hay que grabarse a fuego la siguiente idea: ¡comprar unas botas “adecuadas” para la actividad que hagáis!, ni por debajo de lo que se va a necesitar, ni por encima. La fórmula mágica para encontrar la bota adecuada se compone de tres ingredientes: buscar, buscar y buscar. ¡Ah! Y evitar el extendido error de utilizar calcetines del rastrillo.
4. El material duro
El piolet y los crampones son las herramientas básicas en invierno para todos los deportistas de montaña, ya sean montañeros, alpinistas y esquiadores (hay modelos específicos para estos tres colectivos). Pero hay que tener muy presente que estas herramientas no sirven de nada si no se saben utilizar adecuadamente. En los últimos años se han hecho muy populares las raquetas de nieve. Estos ingenios son muy prácticos… pero sólo en ciertas condiciones: nieves en polvo, nieves pesadas y húmedas y en general todas las nieves profundas. Las raquetas pueden ser incluso peligrosas si se utilizan en pendientes heladas de más de 35º. En esos lugares es obligatorio sustituirlas por los crampones. ¡Ah! olvidábamos los bastones, imprescindibles para caminar con raquetas y muy prácticos para hacerlo también con crampones… hasta que la pendiente aconseja cambiarlos por el piolet.
5. Cuidado con despistarse
Si en verano ya es necesario llevar los elementales instrumentos de orientación(mapa, brújula y, si es posible, altímetro), figuraros en invierno. No hay situación que nos haga sentirnos más desorientados y desamparados que encontrarnos inmersos en la niebla o en una ventisca en medio de un paisaje nevado sin puntos de referencia a los que agarrarse o viendo cómo se echa la noche encima. En estas circunstancias un aparato GPS es de gran ayuda, pero recuerda que los aparatos electrónicos sin energía son inútiles.
6. Primeros auxilios.
Se ha dicho todo de la necesidad de incluir un botiquín en nuestra mochila. El peso no es una excusa pues es fácil componer un botiquín que no exceda los 300 gramos. En realidad el botiquín para invierno difiere poco del botiquín para verano, salvo quizá en tres elementos: bolsas de calor (producen un calor intenso por una reacción química), manta de supervivencia, que mejor sean dos, y un mechero cargado. Lo óptimo sería tener conocimientos de primeros auxilios pues la primera intervención será la que podamos hacer nosotros mismos pero seamos realistas, ¡cuántos aficionados los tienen! Quizá todos deberíamos incluir en la lista de cosas que vamos a hacer en el próximo año hacer un curso de primeros auxilios.
7. Comer para calentarse
En invierno es aún más importante alimentarse bien durante la actividad, puesdebido al frío nuestro cuerpo necesitará más calorías. Pero alimentarse mejor no significa comer más. De hecho, nuestro organismo gasta mucha energía en las digestiones largas. Tampoco hay que ingerir alimentos muy grasos (embutidos, quesos curados o grasos, etcétera) porque necesitan mucha agua para ser digeridos. Lo mejor es picar cada dos horas frutas secas (frutas, no frutos), como higos secos, orejones, dátiles… Y hablando de beber. Aunque con frío la sensación de sed parece atenuarse, lo cierto es que en invierno se necesita beber bastante porque perdemos mucho agua por la transpiración y por la respiración. La mala hidratación se puede traducir en mayor sensación de frío. Claro, que cuando hace frío beber agua helada nos puede producir escalofríos. Es buena idea llevar un termo con té o caldo caliente, o llevar zumo además de la correspondiente cantimplora con al menos un litro de agua. Las bolsas de hidratación tan útiles porque nos permiten beber pequeños tragos constantemente sin necesidad de parar y quitarse la mochila para sacar la cantimplora, con temperaturas bajo cero tienen un grave problema: es muy difícil evitar que la boquilla y el tubo se congelen, aunque los cubramos con una funda de neopreno. Se puede intentar evitarlo soplando hacia dentro cada vez que bebemos y proteger la boquilla dentro de la chaqueta pero no se garantiza la eficacia.
8. La electrónica también come
Los aparatos eléctricos y electrónicos (teléfonos móviles, walkie-talkie, aparatos GPS, ARVA y linterna frontal) no faltan en el moderno equipo del montañero. Todos son muy útiles y algunos imprescindibles, pero tienen un talón de Aquiles: que las baterías en invierno se descargan muy deprisa. Por eso, antes de salir de casa es obligatorio comprobar que todos los aparatos que llevamos tienen las baterías bien cargadas. Y en segundo lugar hay que protegerlos bien del frío y de la humedad. Esto resulta relativamente fácil en el caso de teléfonos móviles y Arvas, que van protegidos por la ropa, pero no en el de la linternas frontales cuando se llevan puestas (por cierto, la frontal nunca debe faltar en la mochila, pero más en invierno cuando los días son muy cortos y es fácil que nos sorprenda la noche). Llevar pilas de repuesto bien protegidas es un gesto de experto.
9. El sol del invierno también quema
La nieve refleja la luz y los rayos ultravioletas aumentando de forma notable la radiación que recibimos. La baja temperatura ambiente puede hacer pensar que no pasa nada, hasta que es demasiado tarde. Por lo tanto hay que proteger con cremas solares de alto factor de protección la piel que no esté cubierta por la ropa, generalmente cara y cuello. Los labios son especialmente delicados y hay que protegerlos con cremas especiales. Los ojos también son muy vulnerables y no vale con cualquier gafa de sol. Hay que utilizar las de categoría 4 o, como mínimo, 3 (el nivel de protección UV viene señalado en una pequeña pegatina adherida a las lentes. Si no la tiene busca otra gafa). También es muy importante que la gafa cubra sobradamente los ojos por arriba, por abajo y por los laterales. ¡Olvídate de las modas minimalistas! Las máscaras (gafas de esquí) protegen bien del viento pero suelen tener una protección UV menor.
10. El coche que te lleva y te trae
La aventura de una excursión invernal comienza al salir de casa. La mayoría de nosotros llega a la montaña en coche y esto significa que también el automóvil debe estar preparado para el invierno. Hasta la Dirección General de Tráfico hace campañas de publicidad sobre ello. No olvides meter en el coche unas “buenas”cadenas (y saber ponerlas), llevar en el radiador líquido anticongelante y unaspinzas para la batería. Si el automóvil es diesel y se prevén temperaturas muy bajas hay que echar un poco de gasolina en el depósito pues el diesel se congela fácilmente. Es interesante componer un kit de emergencia invernal compuesto pormanta, manta térmica, forro polar, impermeable “capitán pescanova”, guantes de trabajo, unos guantes de plástico de los que se utilizan en las gasolineras y unapala.
Los 10 lagos más encantadores de España
Textos de SKYSCANNER
Lago, del latín lacus, dícese de una gran masa de agua permanente depositada en una depresión de terreno. Los hay endógenos, esto es, formados por fuerzas internas de la tierra como placas tectónicas o volcanes; y exógenos, es decir, nacidos de la acción sobre el terreno de agentes naturales como glaciares y vientos, entre otros.
Generalmente, al hablar de lagunas nos referimos a lagos pequeños, y al hacerlo de embalses a lagos creados artificialmente por el ser humano.
Sea como fuere, España es una tierra salpicada de lagos que a más o menos altura hacen las delicias de quienes se acercan a visitarlos, y proponen un desafío para muchos que, si son valientes, se atreverán a bañarse en ellos. Si quieres saber dónde se encuentran los lagos más bonitos y curiosos del país sigue leyendo.
Lagos Enol y Ercina, ( Asturias )
A los lagos Enol y Ercina se les suele nombrar en pareja bajo el título de Lagos de Covadonga, en asturiano los llagos de Cuadonga o d’Enol. ¿A que ahora te suenan más? Encontrarás estos dos bonitos estanques de montaña a más de 1.100 metros de altura, en el macizo occidental del Parque Nacional de los Picos de Europa. Al amanecer sus aguas suelen volverse espejos para que las montañas se vean bellas en su reflejo. Y, ¿quieres saber un secreto? Los lagos de Covadonga aunque siempre son dos, a veces son tres: durante el deshielo suele aparecer una tercera masa de agua que recibe el nombre de Bricial.
Lago de Sanabria, Zamora,( Castilla y León )
El lago glaciar más grande de la Península Ibérica lleva por nombre Sanabria, y lo encuentras en la agradecida provincia de Zamora. Su belleza es tal que impresionó al mismísimo Miguel de Unamuno, quien lo mentó en dos de los poemas incluidos en la obraSan Manuel Bueno, mártir. Con o sin literatura, lo cierto es que este bonito enclave que de poco presume aunque bien pudiera cuenta con más de 300 hectáreas y una profundidad máxima de 53 metros. Atrévete a descubrirlo y, si el calor a prieta, a darte un chapuzón en sus playas.
Embalse de Gorg Blau, Mallorca
Aunque no son muy abundantes, también las islas españolas cuentan con bonitos lagos. Es el caso de Mallorca que, aunque muchos no lo sepan, se abastece en gran medida de las aguas del coqueto Gorg Blau, un embalse que descansa serenamente entre los picos Puig Major y Puig Massanella, en la Sierra o Serra de Tramuntana. Agradable enclave este que te hará olvidar por un segundo que te encentras al oeste del Mediterráneo.
Sin duda alguna, la favorita de los amantes de las aves con especial debilidad por los flamencos pues acoge la colonia más grande de estos pájaros rosas de la Península Ibérica, la segunda en tamaño de Europa. No dejes pasar por alto la oportunidad de visitar la laguna más grande de Andalucía, un vivo humedal de más de seis kilómetros de largo y dos de ancho que cuenta con un total de 1.364 hectáreas de zona protegida.
Lac de Mar, Lleida, Cataluña
De esto que vas por los Pirineos, más concretamente por los escenarios de cuento del Parque Nacional de Aigüestortes y Sant Maurici, y de repente te encuentras con el Lac de Mar, un coqueto lago de aguas increíblemente limpias. Ahí, a más de 2.000 metros de altura, a ver quién es el listo que se atreve a contaminarlas poniendo un pie dentro. Vía libre para los valientes o para quien se anime a subir con neopreno. Si lo haces (visitar esta zona, no subir con neopreno), no dejes de acercarte al lago de San Mauricio, una preciosa masa de agua de sobra conocida y con belleza suficiente para encabezar cualquier ranking de popularidad.
Aunque carece del componente de naturaleza en estado puro del que hacen gala el resto de los lagos de esta lista, hemos querido incluir en ella el lago de la Casa de Campo de Madrid. ¿Por qué? Primero porque bonito es un rato; segundo porque permite alejarse de la vorágine de la capital sin salir físicamente de ella; y tercero porque es uno de los secretos mejor guardados de madrileños y afincados en, un lugar para relajarse, hacer deporte o pasear sin tener que sufrir el turismo que, para bien y para mal, brindan otros lagos o estanques, como es el caso del Parque del Buen Retiro. Y porque también se pueden encontrar lagos bonitos en la ciudad. Al fin y al cabo, la belleza es relativa y se encuentra siempre en los ojos del que mira.
Lago artificial de Alqueva, Badajoz, Extremadura
Con una superficie de 250 kilómetros cuadrados, el embalse de Alqueva está considerado el lago artificial más grande de Europa occidental. Lo verás si te acercas al punto indicado de la frontera extremeña entre España y Portugal, ahí donde debieran besarse pero no les deja el agua Badajoz y Alentejo. Un lugar para el recreo y el disfrute al sol en contacto con la naturaleza y sin necesidad de pasar mucho calor.
Ibones de Anayet, Huesca, Aragón
Hasta los 2.233 metros de altura tendrás que subir si quieres disfrutar en primera persona de los Ibones de Anayet, un conjunto de laguillos que descansa a los pies del pico de 2.545 metros de altura del mismo nombre. Una delicia poco frecuenta por turistas que pasa a gozada si Lorenzo acompaña. Ahora, muchos son los ibones que encontrarás en los Pirineos (ibón es el término aragonés que se utiliza para hablar de pequeños lagos de montaña de origen glaciar que, normalmente, descansan a una altitud por encima de los 2.000 metros). No tengas miedo, sal a buscarlos, otros muchos también son una preciosidad.
El lago de Bañolas, Girona, Cataluña
El de Bañolas, o como le dicen en casa l’Estany de Banyoles, es el lago más grande de Cataluña, al tiempo que, junto con su cuenca lacustre, es considerado el conjunto cárstico más extenso del país. Su superficie supera el kilómetro cuadrado y su profundidad máxima los 60 metros. Mejor aún, es un lago para todo: lo mismo brinda un atardecer mágico, que es el escenario perfecto para un picnic, un baño o una sesión de running, incluso para una película de terror cuando la niebla se cierne a su alrededor. Si quieres ver sus mil y una caras, pásate por la página de Tino Soriano, un fotógrafo que no se cansa de mostrar con regularidad las maravillas de este precioso paraje catalán.
Laguna Negra, Soria, Castilla y León
A caballo entre los municipios de Vinuesa y Covaleda se encuentra la Laguna Negra, un lago glaciar chiquito pero matón que según una leyenda recogida por Antonio Machado en La Tierra de Alvargonzález no tiene fondo y comunica directamente con el mar. La realidad dice otra cosa: su máxima profundidad son 8 metros, 10 o 12 a lo más. Con tope o sin él, este paraje castellano es el corazón de los Picos de Urbión, así como un enclave que en invierno se antoja especialmente mágico.
Si te gusta la naturaleza :
“CAMINANTE "
Todo pasa y todo queda
Pero lo nuestro es pasar
Pasar haciendo caminos
Caminos sobre la mar
Nunca perseguí la gloria
Ni dejar en la memoria
De los hombres mi canción
Yo amo los mundos sutiles
Ingrávidos y gentiles
Como pompas de jabón
Me gusta verlos pintarse de sol y grana
Volar bajo el cielo azul
Temblar súbitamente y quebrarse
Nunca perseguí la gloria
Caminante son tus huellas el camino y nada más
Caminante, no hay camino se hace camino al andar
Al andar se hace camino
Y al volver la vista atrás
Se ve la senda que nunca
Se ha de volver a pisar
Caminante no hay camino sino estelas en la mar
Hace algún tiempo en ese lugar
Donde hoy los bosques se visten de espinos
Se oyó la voz de un poeta gritar
Caminante no hay camino, se hace camino al andar
Golpe a golpe, verso a verso
Murió el poeta lejos del hogar
Le cubre el polvo de un país vecino
Al alejarse, le vieron llorar
"Caminante, no hay camino, se hace camino al andar"
Golpe a golpe, verso a verso
Cuando el jilguero no puede cantar
Cuando el poeta es un peregrino
Cuando de nada nos sirve rezar
Caminante no hay camino, se hace camino al andar
Golpe a golpe, verso a verso
JM SERRAT